(Publicado en el periódico RedSL el 7 de julio de 2017 http://www.redsl.mx/index.php/editorial )
Tengo la ligera sospecha de que alguien no está haciendo bien su chamba: Comisiones para Prevenir que no previenen, legisladores que no legislan, “defensores” de Derechos Humanos que no defienden, autoridades que ni tienen autoridad, ni hacen su trabajo; justicia que no es tan justa, ni es ciega, pero si sorda, muda e insensible…
En México, la vida se nos va en palabrería, en promesas, en “ya veremos”, en “¿cuánto me das?”, en “espere un momentito”, y así desperdiciamos nuestro precioso tiempo de vida en este, otrora, maravilloso país; que no es que haya dejado de ser maravilloso: es sólo que ya no lo percibimos así.
Nuestro país se ha tornado triste y opaco, como si ya no corriera agua por sus ríos, ni latieran sus fiestas; como si el humor, el ingenio y la sonrisa de los mexicanos se estuviera diluyendo en un hollín negro oscurantista: como si estuviéramos perdiendo lo ganado.
Y si, al parecer así es: alguna vez fuimos un país de vanguardia en cuanto a Derechos Humanos y hoy nuestros flamantes diputados dan marcha atrás a pasos agigantados, usando como “conejillos de Indias” a todo un sector de la población al que tradicionalmente se le ha tomado por bufón y hazmerreír, se le ha violentado, prohibido, castigado, condenado y asesinado: la población de los “raritos” LGBT+
Nunca me ha gustado leer la nota roja, pero se ha vuelto necesario al menos enterarse de algunas cosas, que se suman a las que han sucedido las semanas anteriores y que ya se pierden en la cuenta: por desgracia ya se pierden. Esta semana despertamos con la noticia de que (otra vez) en Acapulco, una feliz pareja de esposos (hombres ambos), fueron asesinados a balazos apenas dos años después de haberse casado: Gerardo y Sergio, quienes platicaban tranquilamente, junto con otra persona en la entrada de su casa. En Culiacán, una mujer transgénero fue acribillada en la calle en el transcurso de la noche: una más de las cientos de mujeres trans asesinadas en lo que va del año.
Menos mortífera, pero no menos violenta, es la paliza que recibe una pareja de lesbianas en Cd. Neza, Estado de México, por el simple hecho de abrazarse, y dos mujeres futbolistas, pareja entre sí, huyen a Islandia para estar a salvo de la violencia y la persecución que se ha desatado contra esta comunidad.
Si bien, huir sólo resuelve gran cosa, es terrible que ya desde hace algunos años haya personas mexicanas pidiendo asilo político en otros países por su orientación sexual, pero al interior, pareciera que no pasa nada: los crímenes quedan sin resolver, pronto nos olvidamos de quienes se fueron, y regresamos a la cotidianidad: a pelear y defender lo que nos corresponde porque no hay quién lo haga por nosotros.
En Aguascalientes, distintas asociaciones LGBT+ y de defensa de los Derechos Humanos, esperaban hoy el fallo del Congreso del Estado al respecto de la iniciativa de ley sobre Matrimonio Igualitario, que fue pospuesta para votarse al final de la sesión, pero llegó el famoso “camioncito naranja”, portador de discursos de odio, y con ello los diputados tuvieron argumentos suficientes para desechar tal propuesta.
Lo que, ni el señor Dabdoub, habitante del camioncito, ni los diputados de Aguascalientes, ni las autoridades de Acapulco, Culiacán o cualquier otra entidad han entendido, es que estas leyes, que representan inclusión, igualdad y respeto, al no ser aprobadas, se está reprobando al grueso de un enorme sector de personas que son juzgadas y agredidas nada más porque su manera de expresar su sexualidad, le es desagradable a cierto grupo de individuos que se aferran a creencias anacrónicas y que violan con ello el laicismo del Estado mexicano al mezclar asuntos religiosos con temas legales: lamentablemente, una cosa lleva a la otra: los asesinatos, cada vez más frecuentes de personas LGBT+ en México, se derivan directamente de las acciones y discursos de este y otros grupos reaccionarios.
Lo peor, es que si “ganan” su batalla contra la comunidad LGBT+, este sería sólo el principio, porque seguirán arrebatando derechos a otros grupos: mujeres, personas con discapacidad, personas de religiones no-católicas o no-cristianas, trabajadores, campesinos, etc.
La historia existe para aprender de ella, y no es la primera vez que un grupo fascista (no me lo estoy inventando, así se le denomina a quien realiza ese tipo de acciones y discursos) aprovecha la debilidad de un Estado que no hace suficiente, donde no hay ley ni justicia (la Alemania nazi, la Italia fascista, la Corea del Norte comunista, la Camboya de Pol Pot, y un muy largo etcétera).
Dicen por ahí: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar”. ¿Será?
Con información de:
http://laplazadiario.com/sociedad/hace-dos-anos-se-casaron-hoy-fueron-asesinados-juntos/
https://www.facebook.com/caren.dgarcia/videos/1576831229054031/
Los Puntos de la Mariquita 